mi gata sabe
Sol de Otoño
A veces
este paisaje
este paisaje sondea en la memoria
perfila en ecos de pasajes
presencias ya lejanas
en esta otra dibujada,
imagen más del pensamiento
que de la percepción retiniana,
ha aparecido de otras huellas
en toda su actualudad
de otro paisaje evocado
como si prestara lo soñado
al presente en el azar su causa
apariencia de lo real sentido
por la ilusión vencida
de lo que quedara sin hacer
tras las sombras del pasado
sopla hoy el viento
sobre un manso cielo,
es un destino prometedor
apaciguado por los besos
que no se dieron
y ahora caen despacio
en una cortina del tiempo,
eco que el horizonte muestra
en un arco iris
de sincrónicas frecuencias,
loco y siempre errante fuego
que a la montaña embellece
y en el corazón descansa
Sol de Otoño
desconozco los días,
el paisaje y sus nombres,
nada sé
sólo aproximaciones a intervalos,
fugaces, abiertas, con sus perfiles
cambiantes,
más que el aspecto
se siente el fenómeno
y antes su latir y el propio,
misma naturaleza radiante
con el mismo arresto,
en la diferencia me apropio
para salvar las distancias
así soy
sin ser sustantivo
Sol de Otoño
en los merodeos de mis pasos
esta siempre el retorno,
el del amor…
regresa como que empieza
donde quedó el deseo,
siempre soñando en lo porvenir
que en las esperas me acompañe
ahora de cada mano agarrados
lo que fué, lo que sera
y conmigo lo que soy
como en el otoño la muda,
una revolución del presente
camino de su destino
sol de otoño acariciando
el horizonte primero,
que pondrá su inicio
a las puertas de su final,
a él responden sus llamadas
que dejaran desnudas pasiones
abrigando los abrazos que nos dimos,
y los que vendran
donde toda hora germina
cuando los corazones fermentan,
en esta enjundia hallará
juntas todas sus enseñas
el canto que el viento levanta
a la hora atardecida
espolea las hojas vencidas
que pronto sólo traquetean
los pasos que al árbol me traen
girando los pensamientos
como viran las nubes
que juegan con el corriente
de ése viento cambiante,
abstraen mi inclinación
y me venzo en las hojas
igual que en un diario
soñando
para dejarme traspasado
de todas luces suspendido
llegó la tarde clara
y la luna en su cielo raso,
donde se leen los colores
que la noche velará
a la luz de su reflejo,
y cuando regreso al cubí
para echarme un manto de consuelos
urdo el manifiesto fracaso
para ver la modesta semblanza
de la necesaria verdad de los gestos
nuevamente repetidos en modo
sin que me de ni cuenta
ni de otra manera desnude
A pedazos
Sol de Otoño
llegar a tiempo
fue siempre mi vocación
plagada de enemigos
en su inhiesta servidumbre,
y yo inmaduro
en mi terca obstinación
torcido el ánimo tozudo
solo al amparo de promesas,
fidelidades invariables
y testimonios aéreos en la espera,
hoy en este suelo
de hojas desprendidas
retomo aquellas otras
que quedaran de piedra,
hoy se renuevan novísimas
en su última estela
el sol deja en su caída
los destellos últimos
doradas las luces
destellando en el cielo,
dorados los cuerpos añejos
lucen despidiéndose
Sol de otoño
dulce melancolía del adiós
lenta marcha desprendida
aceptada y sin reproches
con el sueño en el retoño
y en el pecho una vena
henchida de humores viejos
con todas las torpezas
con sus muchos extravíos
pero que hoy resuenan
en su dorado olvido
camino del retorno
quedó el otoño
en la esfera del tiempo,
se despidió lleno de promesas
que en el letargo de este
tiempo con fundido
contempla día a día
su fin, y el próximo ascenso
del nuevo sol naciente
esta contemplación
que no se basta solo
en la memoria
que quiere también
ver fuera de ella
un poco de la sustancia
de mi ser con ella,
no dejarla ir sin más,
sin haberla hecho propia
y así tenerla en conciencia,
hacerla memoria viva
que renace cuando la miras
para librar esa frontera
entre existencias separadas
de una sola que soy
y poder decir en la acción
disolviendo los dilemas